Existen todo tipo de caminos, multitud de caminos. Unos son
largos y otros cortos, unos que desde el principio se divisa el final y otros
que no sabes hasta dónde llegarán. Caminos de rosas, caminos rocosos, caminos
al aire libre, caminos oscuros,… caminos sin más.
Se podría decir que la vida es esto, un simple camino. Y
“ese camino” no siempre lo elegimos sino que nos viene dado o llega un momento
en que paramos y nos ponemos a pensar
cómo hemos llegado hasta ahí.
Puede que el camino que estás recorriendo sea el soñado, el
que siempre imaginabas. Puede que “estés en tu camino” y esto dependiendo de
cada persona varía. Para unos ese camino
consiste en el trabajo soñado, otros en la familia perfecta, otros en el status
deseado,… y así multitud de caminos diferentes.
Si es así, si estás en tú camino, aprovéchalo, disfrútalo y
ve recorriéndolo dando lo mejor de ti para que ese sea siempre tu camino
perfecto, haciendo que cada día vaya mejorando y llenando tus días de felicidad.
Si el camino en el que estás sin embargo difiere de tus
expectativas, te da lo suficiente para vivir pero no para hacerte vibrar, puede
que sea el momento para un cambio. Puede que sea el momento para dejar de mirar
desde la barrera el camino que de verdad te gustaría tener y lanzarte hasta él.
Nunca es tarde para hacer un parón y comenzar de nuevo. Eso
nunca será un fracaso, sino un logro. Un logro el no rendirse, un logro el
luchar por lo que uno quiere, y lo más importante, un logro el perseguir
siempre tu felicidad.
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